A media mañana de un viernes luce un sol ardiente y Juán Lamoneda está sentado en un banco de la Rambla del Raval de Barcelona apurando una litrona. Viste ropa de estilo militar, tiene el cabello recogido en una coleta y tras las gafas de sol se esconde una mirada intensa que refleja un cierto desencanto. Nunca se imaginó a sí mismo viviendo en la calle. Hasta que se produjo «la gran debacle, el hundimiento del Titanic». Perdió todo su dinero en un negocio que nunca prosperó. Su situación personal también era desesperante. «Todo se fue a la mierda», admite. A pesar de todo sostiene que es importante tener valores, sobre todo en una sociedad carente de principios.
Texto y fotografía: ALEC FORSSMANN
¿Qué edad tienes?
Demasiada. El día 23 cumplí ya 56 años.
¿Eres de Barcelona?
Sí, pero no… La cuestión es: ¿de dónde eres? ¿De dónde coño eres? ¿De donde te crías, de donde vives…?
De donde te sientes realmente, ¿no?
Yo nací en Barcelona y a los dos meses estaba fuera.
¿A dónde fuiste?
Un periplo importante desde los dos meses hasta los dos años. A los dos años se llega a Madrid. En Madrid me instalan y ahí estamos del orden de diez años.
¿Con la familia?
Bueno, es difícil moverte sin la familia desde que has nacido hasta los dos años. Después… Cuestiones familiares, traslados de la empresa donde trabajaba mi puto padre.
¿No había una buena relación?
Bueno… era gente de los años 20, estuvo en la Quinta del Biberón. Para aquellos que no estén informados, en 1936 hubo un pequeño conflicto… Mi padre estuvo con Gila, en Guadalajara por ahí. Mi familia estaba marcada…
¿Por qué?
Si mi tío abuelo viera ese edificio de ahí detrás… [El edificio de la nueva sede de la Unión General de Trabajadores (UGT) en la Rambla del Raval de Barcelona, inaugurado en 2010]. Mi tío abuelo estuvo con Pablo Iglesias [fundador del PSOE y de la UGT] en la fundación del partido. Mi abuelo llevaba la revista Blanco y Negro, relacionada con el diario ABC.
¿Qué le ocurrió a tu familia al final de la guerra?
Mi padre estuvo sacándose la carrera en las trincheras, poniéndose mantas mojadas para no notar las picaduras de las pulgas. No se le reconocieron sus logros y eso que participó en la creación de las centrales telefónicas de España. Cuando acabó la guerra le dijeron que no había hecho la mili. Entonces se tuvo que cascar tres años por cojones.
¿Tú a qué te has dedicado?
A la restauración de antigüedades, también he trabajado en un restaurante, en un bar… Hasta que me pegué un batacazo por 78.000 euros.
¿Qué pasó?
Por una mala gestión todo se fue a la mierda. Me embarqué en un proyecto de un restaurante con alguien con quien quizá no debería haberlo hecho. Y hubo dolor.
«Me pegué un batacazo por 78.000 euros. Por una mala gestión todo se fue a la mierda»
¿Todo salió mal?
Arrastró toda la mierda.
¿Cuál era tu situación familiar?
Recién separado de una segunda pareja importante. La llamo así porque habíamos tirado durante diez años.
¿Una situación irreversible?
Totalmente. Trabajaba en una empresa, uy, cobraba 1.800 euros, uy, le dejé una pasta, uy, se le dejó otra pasta, uy, dejó a su madre en la indigencia, uy, ¡uy! El primer coche lo estrella y le dice a los picolos: «No, si es que estaba conduciendo mi madre». No vamos a joder la marrana, pero le vamos a quitar el carné un poquito. Lo cual sirvió para que Mami le tuviera que hacer el trabajo.
Llegaste a una situación límite.
La gran debacle, el hundimiento del Titanic.
¿Fueron muchos desengaños?
Hace poco he tenido una serie de desengaños menores dado a lo que me dedico, que es a nada. Cero pesetas. Tienen que ver con el mercadillo que se monta ahí detrás [de la Rambla del Raval].
¿Estás viviendo en la calle?
Sí.
¿Cuánto hace?
Demasiado tiempo.
¿Dónde duermes?
Es muy variable. Vamos a dejarlo en que duermo en un cajero y ya está.
¿Cómo es tu día a día?
Últimamente bastante mierda. Mira, ahora por ejemplo son… las 11:40 [consulta la hora en un teléfono móvil]. Pues mira dónde me has pillado y cómo me has pillado [sentado en un banco bebiendo una litrona].
«Últimamente mi día a día es bastante mierda. Son las 11:40 y mira dónde me has pillado y cómo me has pillado»
¿Has acabado harto de todo?
Y cada vez más… Y últimamente han pasado unas cosas que no deberían afectarme tanto, pero te joden. Puede que el mes que viene vaya algo mejor…
Los pensamientos pueden torturar.
Si tuviera un encefalograma plano… Pero en un momento dado todavía tengo la capacidad de pensar y de actuar… y eso es lo malo. Encima cuestiono cómo se portan las personas.
¿En qué sociedad vivimos?
Hoy en día a nadie le importa nada, se trata de tener o no tener. Ya lo dijo Adam Smith: «Si yo te dejo un dólar el problema lo tienes tú para devolvérmelo; si yo te dejo 100 millones el problema lo tengo yo para que me lo devuelvas».
«Hoy en día a nadie le importa nada, se trata de tener o no tener»
¿No hay valores?
No. La gente no sabe lo que es la amistad ni el compromiso. España es el hazmerreír del mundo. Y eso que durante un breve lapso de tiempo fue el sitio donde se llevó a cabo la utopía del anarquismo. A nivel terrestre-gusanoide la gente no tiene ningún tipo de principios. Hoy te digo hijo de puta y mañana te beso. Todo importa una mierda.