
"Prefiero que no me saques una foto, es muy peligroso", dice Abdullah, que no tiene los papeles en regla.
Abdullah, de 45 años, fue pescador en Senegal, su tierra natal. Una actividad que debió dejar de lado para siempre al llegar a este país hace ya seis años. Aquí ha vendido abalorios en las playas, ha recogido fruta, ha limpiado las calles, ha trabajado en la construcción y ahora empuja un carro de la compra en busca de chatarra. Pero no se arrepiente de haber abandonado su país y su profesión. En Barcelona desempeña trabajos ocasionales mucho más lucrativos que la pesca en su país.
Texto y fotografía: ALEC FORSSMANN
¿Dónde duermes?
Comparto un piso con tres personas. Cada mes pago 57 euros de alquiler.
¿Te gusta Barcelona?
Sí, está muy bien, no paso hambre. La gente aquí no es buena, es muy buena. Los catalanes son buena gente. Me gusta decir la verdad y digo también que la policía española es buena gente.
«Me gusta decir la verdad y digo también que la policía española es buena gente»
¿Qué otros sitios conoces?
Primero estuve en Salou, luego en Lleida y ahora en Barcelona.
¿Aquí estás contento?
Sí, pero me falta un contrato de trabajo. Ése es el único problema que tengo en Barcelona. Limpias en un sitio durante dos semanas y se acabó. También puedes coger un carro y vender chatarra, pero conseguir un trabajo es muy difícil.
¿Cuánto sacas por la chatarra?
Puedes sacar 5, 10, 15, 20 ó 25 euros al día. Depende…
¿Qué hacías en Salou y en Lleida?
En Salou vendía cosas en la playa, pero no hay nada de trabajo. En Lleida recogí fruta una temporada, pero luego se acabó…
¿Y en Senegal?
Fui pescador profesional. He faenado con un barco español grande de Las Palmas. También con un barco pequeño. ¡Pescado muy bueno! Trabajaba muy duro, pero ganaba poco dinero.
«En Senegal fui pescador profesional. ¡Pescado muy bueno! Trabajaba muy duro, pero ganaba poco dinero»
¿Cómo está tu país?
Antes la pesca estaba muy floja, pero ahora muy bien, está subiendo poco a poco. Los chinos compran pescado y los pescadores pueden comprar material nuevo de pesca.
¿Aquí podrás sobrevivir?
Sí, no hay problema, no hay problema…
Una mujer que pasa por la calle se detiene en este momento de la entrevista y fija su atención en una tabla de planchar que forma parte de la chatarra que ha recogido Abdullah durante la mañana.
-¿La vende? ¿Cierra bien?
Pero resulta que la mujer no lleva dinero encima.
-¿La quiere? Se la regalo… Cójala, cójala…
-Bueno, que Dios le acompañe. Espero que Dios le ayude, que nunca tenga un problema en la calle.
La mujer se lleva la tabla de planchar.
¿Encontrarás trabajo?
Sí, claro. He hecho de todo, estoy acostumbrado a todo tipo de trabajos.