Hans Theodor Vettel nació en Costa Rica y se crió en Colombia, pero es alemán. «Estaba un poco aburrido de Alemania y una chica me convenció para venir aquí», explica durante esta entrevista en la Plaça Reial de Barcelona. Hace 14 años que llegó en busca de un cambio y desde entonces ha trabajado como estatua humana y como músico. Un ciclo se cierra y un nuevo cambio se asoma en su vida: «Tenía una relación, pero se acabó, como ocurre con todo en la vida». Ahora vive en la calle, pero no se desespera. Se pasea por las terrazas que ciñen la Plaça Reial y charla amigablemente con los turistas, sin ningún tipo de vergüenza, con convicción. Hans cree en el progreso, en las sociedades que saben aprovechar sus recursos al máximo, sin imponer barreras mentales ni territoriales.
Texto y fotografía: ALEC FORSSMANN
¿Qué sabes hacer?
Soy músico profesional y he sido estatua humana. O sea que tengo mucha fama.
¿Qué tocas?
La armónica, el xilofón, el piano, el arpa, la percusión, la flauta, el clarinete… Pero no los saco a la calle porque si la policía te decomisa un instrumento tan costoso te caga la vida. A amigos míos les han quitado instrumentos que cuestan 250 euros.
«Si la policía te decomisa un instrumento tan costoso te caga la vida»
¿Eres un músico callejero?
Somos unos pobres desgraciados que solamente pedimos una moneda. Ayer me dijeron: «Tocas tan bien, tocas tan putamente bien, que toma 50 euros». Yo sólo entretengo. ¿Qué pasa? Me divierto y el otro se divierte el doble. Atraemos a gente de Rusia, Singapur, Brasil, Filipinas… y luego nos cogen y son tan desgraciados y retorcidos de mente que nos lo quitan todo.
He visto que te pasas por las mesas hablando con los turistas.
Les pregunto de dónde vienen, adónde van, cuántos días se quedan y si les ha gustado la estancia o no.
¿Y qué percibes?
Alegría.
«Percibo alegría en la gente»
¿También has hecho de estatua humana?
He hecho de momia. Fui la tercera estatua humana de Barcelona y la gente decía: «¡Ole, ole y ole!».
Me imagino que antes era más fácil.
Antes había manteros, gente vendiendo tonterías y cachivaches y la gente se lo pasaba pipa. Ahorita hay mucha presencia policial y esto se está convirtiendo en el país del no. Muchos políticos no piensan bien, básicamente tiran piedras contra su propio tejado. ¿Adónde van con tanta tonería?
Barcelona tiene un gran potencial.
¡Que el turismo se abra! Esta es una tierra rica, para explotarla a tope. Barcelona es una de las ciudades más importantes del mundo, atrae a mucha gente. Cuando trabajaba de momia o de estatua humana me venían los rusos o los israelíes y me decían: «Mi hija estuvo en Barcelona y se hizo una foto contigo, pues ahora me la quiero hacer yo contigo». Barcelona tiene mucho para dar, pero si un par de idiotas la cagan todo se va al carajo.
¿A qué te refieres?
Los políticos son demasiado soberbios y la mentalidad no les llega para avanzar un pasito más. Si somos una región tan poderosa de España, pues atraigamos compradores y vendedores, atraigamos a la industria, atraigamos todo… Pero sólo ponen barreras.
¿Ahora dónde estás viviendo?
En la calle. He perdido mi casa y estoy en un cajero. La situación es peculiar porque tengo problemas personales y ahorita no me interesa recuperar esa casa. Que pase un mes y luego ya lo arreglo.
«He perdido mi casa y estoy en un cajero. Que pase un mes y luego ya lo arreglo»
¿Problemas sentimentales?
Ehhh… Una mujer.
¿Es de aquí?
Sí, es catalana.
¿No tiene arreglo?
No espero ningún arreglo.
Hay que mirar hacia delante, ¿no?
Claro.